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Depresión

Cómo tratar la depresión sin utilizar medicinas

No existe ni una sola persona en el mundo que no haya pasado por un momento de depresión o tristeza en su vida, así que el sentimiento de sentirse desesperanzado o sin ganas de hacer algo, es parte de la vida en sí misma. Muchas veces la depresión puede llegar a durar desde un par de horas, hasta varios días o semanas.

Científicamente está comprobado que el cerebro puede concentrarse en una sola cosa a la vez, por ello, ante un pensamiento depresivo es importante buscar realizar una actividad que nos permita reemplazar ese pensamiento por otro. Por ello el consejo tradicional “pero, simplemente ya no pienses en ello” generalmente no da buenos resultados.

¿Qué tipo de actividades realizar para cambiar nuestro enfoque? Entre las más apropiadas podríamos considerar:

Salir a caminar:
Si estamos en una habitación oscura, solos con nuestros pensamientos, definitivamente va a ser más difícil librarnos de ellos. Busca exponerte a nuevos estímulos que te hagan pensar en otras cosas: ve a visitar a un amigo, sal al parque a ver a las personas pasar, respira el aire puro del ambiente. Puede que pienses que esto no servirá, pero una vez que estés en ese lugar externo, las percepciones del cerebro se amplían, así como las tuyas.

Ver una película:
De acción, comedia o superación personal. Nada de dramas, tragedias ó romances.

Escuchar los problemas de alguien más e intentar ayudarlo: Este quizás es uno de los métodos más efectivos para salir de una breve depresión (e incluso para el estrés). El estado mental de la depresión se genera porque sentimos que algo está mal con uno mismo. Entonces, que mejor forma de dejar de centrarse en uno mismo, que centrarnos en otra persona. Llama a un amigo ó familiar que pienses que pueda necesitar ayuda y ofrece a apoyarlo desinteresadamente. Te hará bien a ti poder concentrarte en otra cosa y al mismo tiempo la otra persona estará contenta de que la hayas ayudado. Dos pájaros de un sólo tiro.

Según algunos estudiosos del tema, la falta de felicidad en una persona se genera por la carencia de dos cosas: Coherencia y Control. Nos sentimos tristes cuando sentimos que ocurre algo en nuestras vidas que no podemos controlar, o porque estamos haciendo algo que nos parece que no tiene sentido alguno. Por ello, si a ti te gusta repetirte frases a ti mismo, una excelente sería:

“Yo soy responsable. Yo soy responsable de mi vida. Yo soy responsable de cualquier resultado que este obteniendo en este momento. Así que… ¿Qué voy a hacer al respecto?”

Deja que tu mente encuentre la respuesta correcta a esta pregunta.

Finalmente, recuerda que siempre será una buena opción el consultar a un psicólogo. A diferencia de la opinión popular, la misión del psicólogo no es “decirte qué hacer”, sino simplemente la de hacer de guía para que tú mismo encuentres la solución a tu problema. Muchas veces otra persona puede percatarse de ciertas cosas evidentes, que tú mismo por tu propia cuenta no puedes.