El control y el poder debe ser tanto para nosotros como para los demás. Sólo podemos realizar nuestros grandes proyectos confiando en los demás y dejando que hagan ellos el trabajo que a nosotros nos tomaría mucho más tiempo. Esta es la clave para conseguir un alto rendimiento: motivar e inspirar a la gente para alcanzar sus metas.
Uno puede delegar en casa con la familia, en el entorno laboral o en la comunidad. En casa puede mostrar el resultado de la confianza y la confianza en los niños, dándoles la autoridad para hacer algunas tareas ellos mismos y dejándoles que tomen algunas decisiones. Esto les dará una enorme confianza en sí mismos, así como los recursos necesarios para tener éxito y ser felices en la vida.
Las empresas y las comunidades están construidas en base a fuerza y lealtad al permitir que la gente trabaje de forma independiente. Al dar poder a las personas les damos la autoestima y las hacemos sentir que son importantes para nosotros. Les ayudamos así en su desarrollo profesional. Les demostramos que confiamos en ellos más que ellos mismos. Esa potenciación permite a las personas realizar tareas que en un principio parecen imposibles.
Literalmente, lo que conseguimos es el conocimiento, la energía y los recursos de todas las personas en las que delegamos. Somos capaces de extendernos mucho más allá de nosotros mismos y obtenemos conocimientos que no nos pertenecen a nosotros mismos para alcanzar nuestros objetivos.
12 consejos para mejorar nuestra vida y nuestros negocios dando poder y confianza a las personas:
- Motive e inspire a la gente y aprecie sus esfuerzos.
- Céntrese en los logros de las personas en lugar que en sus fracasos.
- Señale los errores con un genuino deseo de mostrar el camino para mejorar, nunca para criticar.
- Sea claro explicándoles lo que espera de ellos y deles primero los recursos necesarios
- Ofrezca autonomía a las personas para tomar decisiones propias para alcanzar los objetivos especificados. Vamos a permitirles innovar y asumir riesgos.
- Vamos a darles un sentido de pertenencia y la responsabilidad simplemente evitando decir “yo” y diciendo siempre “nosotros”.
- Sea un líder del equipo y nunca el jefe o dueño. De el ejemplo y sea un modelo a seguir.
- Demuestre cualidades de liderazgo, ofreciendo las ganancias de los esfuerzos del equipo para otros miembros y no quedándose la mejor parte.
- Sea auténtico. No pretenda poseer a nadie ahora. Deja que su voz interior despierte a los demás, ayudándoles a sentirse realizados completamente.
- Todo el mundo debe hacer lo que mejor saben hacer y delegar el resto.
- Enfatiza y escucha con atención, mientras intentas esforzarte para escuchar lo que los otros tienen que decir.
- Delegue, pero no abdique de su responsabilidad. Supervise y guíe, pero sólo como un entrenador desde fuera del campo.
Sólo al confiar en los demás nos hacemos dignos de confiar en nosotros mismos. Esta confianza de la gente que nos rodea nos da el poder de liderazgo y la capacidad para dirigir a la gente para lograr metas que parecen imposibles.